Hace varios días que vagáis por los lindes del Bosque de Bëorn, al norte del Valle Muerto, viviendo de la naturaleza y durmiendo en el suelo. Si bien estáis cómoda con esta vida, de vez en cuando gustáis disfrutar de una buena jarra de cerveza y un buen plato de comida caliente, y una cama cómoda y mullida. Los recuerdos de la última vez que comistéis y dormistéis bajo techo comienzan a inundar vuestra mente, cuando veis a lo lejos el humo de las chimeneas de la aldea Heldarath.
La última vez que estuvisteis en esta aldea, esta había crecido bastante, os prguntáis cuanto habrá crecido desde la última vez. A juzgar por las columnas de humo, debe haber crecido bastante y tódo el múndo parece tener chimenea.
Al alcanzar la sima de La Loma de Heldrath podéis ver nuevamente la añorada aldea. Sin embargo, lo que véis no os reconforta ni un poco...
Lo que pensabais era el humo proviniente de las chimenéas, es realmente el humo proviniente de las ruinas incendiadas de la aldea. Algo malo sucedió aquí, algo muy malo...