Mensajes : 129 Fecha de inscripción : 23/09/2011 Edad : 33
Tema: Esquina Creativa Mar Oct 25, 2011 2:31 am
Pensé en hacer un thread donde cada uno de nosotros suba algo de su creación, ya sea una historia, un dibujo, una canción, crochet, animales disecados... entienden a qué me refiero.
Yo daré comienzo con una de mis historias cortas, que ya tiene sus añitos, pero me sigue gustando. Originalmente iba a ser una narración más larga, quizás incluso una novela corta, pero al final me gusto más así. Algunos me han dicho que es confusa… si se quedan con alguna duda, háganmelo saber!
"Vanya":
La Luna se estaba cayendo a pedazos.
Hacía ya tres años que aquella pesadilla había comenzado. El primer trozo, veinte metros cúbicos de materia lunar, se había precipitado al Océano Índico, matando a más del sesenta por ciento de la vida marina en aquella zona y hundiendo el norte de Indonesia.
Algunos lo habían llamado el fin del mundo. Otros, personajes de renombre vestidos en trajes blancos y alienadoras gafas negras, hablaron de la desmembración del satélite como un fenómeno momentáneo, producido por un desbalance magnético en los polos, que terminaría con la misma rapidez que una lluvia de verano.
Tres años más tarde, con más de la mitad de los continentes golpeados, la opinión de Ivan era que la “lluvia de verano” se parecía más a un monzón inusitadamente largo. Las potencias mundiales habían creado ciudades-fortaleza, Domos las llamaban, que supuestamente serían capaces de soportar hasta las peores oleadas de desastres naturales. Eran la última esperanza de la humanidad, o al menos así las promovían. Ivan, sin embargo, ya sabía la verdad.
Miró su reloj halógeno por décima vez en veinte minutos. El fondo tenía el dibujo de un gladiador medieval, figuras históricas en las que su padre siempre se había interesado pero de las que él no conocía casi nada. No le gustaba realmente el diseño, pero era el único regalo que su ocupado progenitor le había dado en toda su vida. Ser uno de aquellos personajes de renombre vestidos en trajes blancos y alienadoras gafas negras significaba que no tenía mucho tiempo para ver a su familia.
Ivan estaba en la mitad de la nada. Bueno, no era realmente así: se encontraba a treinta minutos de un pequeño poblado ruso, localizado en una de las últimas mesetas intactas del planeta, esperando el tren nocturno. Temía que no lo dejaran subir, pues recién aquella semana había cumplido dieciocho, pero la identificación falsa que se había creado por computadora le daba unos convincentes veintiuno. Tendría que funcionar.
Porque Ivan estaba escapando de la Luna, que se caía a pedazos.
No sabía porqué, pero siempre había sido capaz de presagiar “cambios” a su alrededor. Ivan había pasado muchos años de su vida tratando de averiguar la razón de su don tan particular, pero había terminado por aceptar que, tal y como muchos animales son capaces de presentir el peligro a su alrededor, de vez en cuando él podía vislumbrar los desastres que amenazaban la existencia.
Había visto caer cada uno de los trozos de la Luna. Había “visto” la muerte de millones de criaturas, mamíferos, anfibios e insectos. Había sido testigo, en sueños, de ciudades y países enteros reducidos a la nada por cometas humeantes. Había perdido seres amados. Para al día siguiente, aquella misma hora, habría perdido a su madre. Su padre tardaría mucho en enterarse, ocupado como estaba en salvar a la humanidad, o algo así.
Ivan había intentado salvar. Ivan había ido a su madre, una sencilla mujer de pueblo que no poseía el suficiente mérito para hacerse con una cama en las ciudades-fortaleza, y le había intentado contar sus sueños. A la tercera vez, después de que ella amenazara con encerrarlo en su habitación por el resto de su vida, desistió. Nadie le creía.
Revisó su reloj una vez más. El tren llegaría a la medianoche. Tendría el suficiente tiempo para llegar a la frontera entre Francia y España, que era todo lo lejos que tenía que llegar para salvarse de la destrucción que causaría el trozo de Luna. Pero después, todo sería un caos.
Ivan había intentado salvar, pero no lo habían querido escuchar. No, no era así. Ivan había intentado salvar, pero no había nadie a su alrededor que quisiera ser salvado. Desde que la Luna empezara a despedazarse tres años atrás, las personas se habían dividido en dos bandos: aquellos que estaban asustados, tan asustados que seleccionaban ayudas y no se quedaban con ninguna, igual que un perro que muerde la mano que le trae comida, y aquellos para los que ya nada importa o creen en un designio supremo.
Se preguntó si su padre extrañaría a su madre. Lo había visto por última vez en su cumpleaños número quince, cuando le había dado aquél reloj. Ni siquiera podían realizar llamadas video-holográficas, porque su padre nunca les había dado un destino concreto. No porque no quisiera, decía él, sino porque su ubicación tenía que permanecer en secreto. Para salvar a la humanidad.
Ivan suspiró. No sabía que estaba haciendo. Se sentía igual que un conejo, corriendo como desesperado de un peligro gigantesco y angustiante, buscando con desesperanza una madriguera en la que refugiarse. ¿Tenía sentido hacer todo eso? Después de todo, la Luna se estaba cayendo a pedazos. ¿Quién podía salvarse de eso?
No extrañaría a nadie en el pueblo, reconoció. No era como en las películas de acción, donde en el último momento el héroe da con un plan magistral para salvar a todos y termina sacrificándose por el bien de los demás. La moral ya no tenía nada que ver con sus acciones: después de todo, ellos no habían querido escuchar. Todo lo que guiaba sus pasos ahora era el deseo de sobrevivir. Cómo, dónde, por cuánto tiempo, nada de eso era relevante. Sólo deseaba sobrevivir.
Las vías del tren comenzaron a brillar, zumbando armoniosamente mientras el tenue destello azulado de las partículas antigravedad cargaban el metal de los rieles. Ivan soltó un suspiro de alivio y se acomodó mejor la mochila que cargaba en sus hombros. Abrigo, comida y agua serían lo más importante, aunque había escuchado que al sur hacía más calor. También llevaba consigo su micro-ordenador de batería de hidrógeno. La electricidad se volvería inútil en unas pocas horas. Apretó una foto en sus manos, en la que estaban sus padres, él y una muchacha de su edad.
Mentira. Sí iba a extrañar a alguien. Miró por sobre su hombro, pero nadie apareció. Había mandado mensajes a todos sus amigos, y a ella también. Nadie lo había seguido.
Se preguntó si a su padre le resultaba fácil eso de salvar a la humanidad. Ciertamente, él estaba haciendo un pésimo trabajo.
Para cuando se dio cuenta, el tren ya estaba frente a él. La velocidad a la que iba era demasiada para el ojo humano, y aún así era más silencioso que la noche. Una de las puertas se abrió con un leve zumbido, y tres escalones azulados se materializaron de la nada. Un encargado se asomó, aparentemente sorprendido de ver a alguien en aquella vieja estación.
- ¿Y, muchacho? – lo increpó, cansado, pues quería volver a dormir. – ¿Te vas a subir o no?
Ivan titubeó. Respiró hondo, elevó la vista al cielo donde una lámina plateada llamada Luna parecía desvanecerse entre las nubes, y cerró los ojos. Recordó las palabras de su madre, después de cenar. Que tengas dulces sueños, Vanya. Nos vemos mañana.
- Sí, – susurró, sintiendo cómo se le cerraba la garganta. Trepó los tres escalones casi de golpe y le entregó la identificación, junto a su micro-procesador para que le cobrara la tarifa.
Ivan se recostó contra de uno de los mullidos asientos y cerró los ojos. Estaba muerto de sueño: se había pasado cuatro horas en su habitación fingiendo estar dormido. Tenía que recuperar fuerzas; las necesitaría todas en un futuro no muy lejano.
Ya durmiéndose, Ivan lamentó el que su padre nunca les diera ni a su madre ni a él un número de contacto. Si así lo hubiera hecho, podría llamarlo para avisarle que dentro de una semana el último trozo de Luna caería sobre Canadá y destruiría la ciudad-fortaleza en la que tan duro trabajaba para salvar a la humanidad.
Murmuró algo ininteligible, y se quedó dormido. En sus sueños, una mujer igualita a su madre lo acunaba entre sus brazos y murmuraba dulcemente, una y otra vez, como una canción de dormir: todo estará bien, Vanya, todo estará bien.
*Ivan (así, sin acento) es un nombre ruso. Los rusos utilizan diminutivos de cariño entre amigos cercanos y parientes que, contrario a lo que uno creería, a menudo son completamente diferentes al "nombre largo". El diminutivo de Ivan es Vanya.
Pueden colocar sus producciones entre SPOILER /SPOILER, o bien dejar un link a otra página.
jun Admin
Mensajes : 181 Fecha de inscripción : 23/07/2011 Edad : 34 Localización : cordoba
Tema: Re: Esquina Creativa Mar Oct 25, 2011 12:47 pm
bueno, yo pondré un corto viejo q postie para un concurso en poetas muertos, es algo viejo que solo me google y salio pero no debe ser tan malo xD
Otro aburrido día donde solo puedo complacer mi ser con la fantástica informática, ese mundo paralelo en el que me siento como, aceptado…
Y es que a estas horas de la mañana, cualquiera se imaginaria que soy un hombre trabajador, pues no, no he dormido en toda la noche… la noche en que debería festejar mi decimoséptimo cumpleaños, la pase enfrente al monitor… la verdad… o me imagino pasándola mejor… que mejor que estar con mis únicos amigos…
Akido se queda mirando la él titileo anaranjado del chat donde sus amigos le hablaban. Seguía empecinado en encontrar un supuesto portal, un portal en el que se hablaba en una leyenda… una leyenda urbana que rondaba por ahí, que habla sobre una puerta a otro mundo, cuyo acceso era por la Internet… y empecinados en encontrarla, no hacían otra cosa más que enrojecer sus ojos con la luz artificial de la maquina.
Estaba bajando el software que supuestamente los llevaría a ese sueño eterno donde sería aceptado…
- esta tan cerca…- susurró durmiéndose sobre las teclas, las horas pasaban y la eterna descarga continuaba… finalmente un expretiposo pitido le despertaba mostrándole el archivo completo; sin pensarlo dos veces lo instalo, y no pudo sinó sentirse un poco desfraudado al ver un programa que no parecía salir de lo normal… pero ya lo tenía en frente y aún con un poco de entusiasmo lo abrió…
Una figura sombria cubrió la pantalla y tragando en seco con la emoción zurcando sus venas se animó a hablar.
-hola?... poruqe no respondes?- preguntó confundido. Asustado. Emocionado.
-Si no te respondí el saludo, que creer que te haría preguntar el porqué?- la sombra hablaba en un tono ronco que provocó un escalofrío en su piel.
-Pero si respondiste- dijo en un tonto impulso de valor dándose cuenta de que lo había dicho de forma burlona
-No te pases de listo…- le reto la sombra calándolo hasta los huegos, a lo que solo pudo asentir con la cabeza.
La computadora se apagó repentinamente, nervioso intentaba ver alrededor pero todo estaba sumido en la oscuridad, camino por los pasillos de su casa, con un frío intenso recorriendo su cuerpo… no encontraba a nadie, pero aún así trataba de mantener la calma cuando un verdoso resplandor que se colaba por una ventana llamó su atención, salió al jardín apurado y curioso, pero solo se encontró con un despejado y solitario cielo noscturno… ¿acaso había dormido todo el día? Muchas preguntas se pasaba por su mente pero en esos momentos nada lógico ni coherente surgía como respuesta. La luna era la única luz cuyo extraño y contrastante resplandor lo hacía confundir aún más…
Dando se cuenta de que su reloj estaba detenido y el frío estaba por descomponerle, se volvió y tomo un abrigo… que de poco le sirvió… empezó a correr por las calles, donde a cada respiración sentía doler su alma, quizás del frio… quizás del miedo… quizás por el simple hecho.. de que todo estaba desierto… camino por cuadras perennes mirando hacia todos lado, y buscando alguna señal… pero lo único que encontró fue un par de cadáveres calcinados por los cables aún chispeantes de una farola, yacían perturbantes en la calle… entre parpadeos y escozores se alejó del lugar queriendo borrar tal morbosa imagen…
Intentó usar su celular, pero ni siquiera tenía señal, sumido en la frustración sintió una presencia, y mirando de reojo divisó un niño, vestido con pantalones camisa a rayas negras que pasaba caminando junto a él, pasando de largo ignorándolo por completo e ingresando en una escuela… se quedó unos segundos parado hasta que reaccionó y siguió al chico entrando en la institución, una vez dentro asombrado admiraba la arquitectura que parecía tan antigua y sin contenerse empezó a recorrer adentrándose en el lugar, llegó a lo que parecía una enfermería estaba abierta por lo que entró empujando la puerta a empujo… dentro se encontró a un hombre dándole la espalda, al ver detenidamente notó frente a él en una camilla donde descansada un deforme e irreconocible cuerpo en descomposición… el sujeto que le daba la espalda parecía con brusquedad estar quitándole algo, bañando en sangre a sí mismo y al lugar…
Anonadado retrocedo unos centímetros y voltea una charola… sin poder evitarlo el engendro se voltea y lo deja paralizado mientras observa con ojos desorbitados al ente sin rostro… con solo un ojo cocido por fuera de la palidez perlada de la piel sin orificios… Corrió en pánico, corrió aterrado buscando cualquier lugar donde esconderse mientras el ser le perseguía.
En su desesperación atino a entrar en la primer habitación que encontró, resultó ser el baño de mujeres, donde se apoyó en la puerta intentando contener el corazón que parecía querer quebrar su pecho… cuando se sintió seguro ,pues parecía no encontrarlo, y logró respirar un tanto aliviado… pero no menos aterrado, con la mano sobre el pecho y la otra surcando con los dedos su rostro trataba de bajar los niveles de adrenalina que no le había permitido darse cuenta de que había una niña en el lugar, se miraba ante un espejo que hecho añicos reflejaba una imagen cortada. Se acercó a la niña sin poder hablar esta se volteó mostrándole una infantil rostro tajeado, al ver a la pequeña con los dientes pintados con un labial carmesí, dientes que quedaron pintados porque la pequeña no tenía labios… de la piel entrecortada brotaba la sangre… el olor del lugar sin duda le ayudaban a sentir nauseas incontenibles, pero antes de que pudiera hacer cualquier cosa la niña entro en un cubículo del baño y se encerró…
Con las manos temblorosas y la mente en blanco inspecciona el lugar, luego de comprobar que nadie mas estaba ahí intentó lavar su rostro, se acercó al lavadero y con dificultad y convulsión intentó abrir una canilla, luego otra, luego otra… nada… ninguna funcionaba… largó una risa nerviosa entre dientes y como respuesta a su quejido escucho el correr de fluidos… con los ojos entre cerrados y al borde de la locura veía el liquido rojo y con ferrosa fragancia salir de las canillas… la niña salió desesperada del cubículo, completamente alterada, completamente aturdida, se abalanzó sobre él manchándose con la sangre que inundaba el lugar, él en la desesperación toma una llave de plomero que se encontraba cerca y mientras la niña mordía su brazo despiadada y el dolor tomo control de su cuerpo golpeando a la monstruosa criatura que se resistía con la fuerza de una fiera… cerró los ojos y siguió golpeando con brutalidad, desquiciado destruyó el cráneo de la cría cuyo cadáver parecía no poder descansar en el frío piso…
Salió despavorido… estaba a completa merced del terror, trastornado caminó apurado hasta que sintió un ruido, ya no sabía ni le importaba en donde estaba, con los sentidos aturdidos rompió un vidrio que protegía un hacha de emergencias, el dolor de los vidrios rasgando su piel era ínfimo comparado con el dolor de esas imágenes en su mente, entró en lo que parecía ser un aula, entra con sigilo rogando no encontrarse con contra atrocidad… queriendo despertar de esa pesadilla… rogando que fuera una pesadilla.. Pero era tan real… el dolor era tan agudo…
Dentro del aula una mujer surgió a sus espaldas, de un salto se giró amenazante con el hacha apretada en sus torpes manos. La mujer mueve los labios soltando abruptos y punzantes sonidos, atada con alambres de púas, que surcan su cuerpo hiriéndolo aún más… al borde del desmallo intenta escapar pero no puede, y completamente entregado a la locura empieza a despedazar el cuerpo ya deformado de la mujer con el hacha, sintiendo la resistencia de los huesos en cada golpe… sintiendo el desgarre de los músculos… con los restos a sus pies, con los órganos esparcidos intenta huir nuevamente, ahogado en sollozos ásperos recobra parcialmente la conciencia, sigue encaminándose más adentro de ese tenebroso lugar mientras siente las paredes acercarse y alejarse peligrosas, apresura el paso arrastrando el hacha y surcando el suelo de sangre…
Llega finalmente a una sala donde hay cajas de cristales que contienen unas criaturas… pequeñas criaturas que parecen animase recién nacidas… uno de ellos se despierta y lanza un chillido ensordecedor, chillido que sabe que lo delatará, el ser sin rostro podría encontrar, el instinto de vida lo lleva a levantar el hacha en lo alto y partir cual mantequilla y sin compasión las criaturas monstruosas, golpeándolos uno a uno… cuando ya perdía la cuenta, cuando sus trazos se quejaban abarrotados por el peso del hacha, cuando respiraba con fuerza y dificultad, sintió ruidos provenientes de la calle , desesperado se acerca a una ventana esperando que sea alguien que pueda rescatarle… pero solo ve seres escabrosos, como zombis caminan hacia el lugar, su pecho se congela… se siente desvanecer… corre… corre… corre esperando huir, pero el peso de la locura lo retrasa como plomo en sus pies… solo alcanza a divisar una puerta con ventanales de vidrio desquebrajado… la atraviesa y llega a un patio desolado donde su único habitante es un árbol seco y ennegrecido, a su alrededor empieza a ver niños girar a su alrededor en una especie de ritual cantando y jugando, se les queda mirando, cuando algunos se voltean a mirarlo mostrando armas en sus manos y clavos gruesos y oxidados que los perforan… se toman de ellos, tiñendo de rojo el suelo en cada movimiento…. corre arrojando el hacha fuera de sí… corre pateando bestialmente a lo que se atraviese en su camino… corre por las puertas saltando el portón de rejas que encerraba el lugar salir corriendo por las puertas traseras… como si estuviera bajo el efecto de la peor droga corre nuevamente aislado… cae rendido al suelo intentando respirar, cubierto de sangre, mareado, descompuesto e con la serie de imágenes aturdiendo su mente…
Un fuerte golpe lo despierta… un auto lo acaba de arrollar… siente que lo levantan… sabe que lo van a matar…
Despierta en una cámara que se llena lentamente de un gas amarillento, escucha risas… siente morir…
…
-Esta noche la ciudad queda conmocionada cuando un joven de 17 años, Akido Hiroshi fue condenado a pena de muerte por un brutal crimen, ingreso en un colegio primario y acecino una niña de 8 años, se presume que intento violarla, y descuartizó con un hacha a una profesora, también ataco brutalmente a otros cinco estudiantes, se presume q todo lo hiso predeterminado… es una lástima… ver a nuestra juventud corrompida…
Los Ojos Ven Solo Lo Que Quieren Ver… y no siempre lo q ves es lo que es…
ClanTuna
Mensajes : 192 Fecha de inscripción : 07/10/2011 Edad : 35 Localización : Jesus Maria
Tema: Re: Esquina Creativa Mar Oct 25, 2011 3:08 pm
Este es el primer capitulo de unos libros que escribo basados en las 3 campañas mas importantes que he dirigido.
Spoiler:
CAPITULO I: El Trabajo
TRUCK-Esto no me huele nada bien, es un trabajo sucio, te digo! Esa mañana el bullicio de la taberna “El Poni Saltarín” se detuvo con un osco grito proveniente de la mesa más cercana a la puerta. Todas las cabezas giraron, algunas rápida y otras lentamente a observar al grupo que hacía ya tiempo se encontraba allí, de pie se encontraba un viejo goliath, enorme y musculoso como cualquiera de su raza, apoyado en la mesa junto a su mano derecha un enorme mazo de guerra, demasiado pesado para que la mayoría de los humanos lo levantaran, más su pobre armadura de cuero le daban un aspecto intimidante, de bárbaro fiero, cicatrices coronaban sus brazos y hombros, todos en la taberna sabían que no era alguien con quien quisieras comenzar una pelea, acababa de golpear la mesa con su puño volcando la mayoría de los vasos sobre ella. GACYEL-Baja la vos de una vez maldita sea! No pasa nada aquí gente, vuelvan por favor a abocar sus penas en sus vasos o lo que sea que estén haciendo- decía mientras se incorporaba un delgado elfo, sucio y lleno de manchas de barro y pasto, parecía que hubiese estado intentando cavar o simplemente hubiera tenido una mala noche, sus alargadas orejas, tal vez más de lo normal y sus ojos denotaban alguien afilado, atento y astuto. Lentamente los murmullos volvieron a subir. Sentándose otra vez el elfo hizo señas a su compañero de que hiciera lo mismo, sin cambiar la cara, el enorme sujeto lo hizo. GACYEL-No te contacte solo para armar bullicio. Más aún si crees que no es algo del todo… amistoso al imperio deberías bajar la voz El goliath asintió. KIMEN-Es muy buen dinero para ser algo legal- Agregaba uno de los tres humanos en la mesa- Simplemente por llevar una encomienda al pueblo vecino. KEN-Por la mitad de dinero podría contratar cien guardias para ese encargo. KIMEN-Tal vez es algo que no quiere que los guardias conos… TRUCK-Por supuesto que no! – Interrumpía otra vez el goliath levantando su voz, esta vez, de forma más moderada. INARI-Tranquilo, ya hemos hablado suficiente de esto. Está claro que con lo que tenemos no podemos llegar a ningún lado, menos aún entrar a Ciudadela, yo digo que simplemente votemos.- Por primera vez hablaba el humano sentado junto al elfo, que definitivamente, había pertenecido al clero en algún lejano pasado. Su símbolo sagrado, de roída madera, colgaba junto a un pesado libro de título “Los Rayos de Pelor”, su cota de anillas realizaba un distintivo sonido cada vez que se movía, el escudo en su espalda ya había rayado la silla de madera en que se encontraba, dejándola a tono con el aspecto maltrecho de este, y un martillo de guerra en su cintura dejaba claro que había dejado sus hábitos hacía ya tiempo- Yo creo que deberíamos hacerlo. KIMEN-Me sorprende de ti Inari, queriendo ensuciarte las manos alguna vez.- Comentaba el humano sentado entre sus pares. Su voz era baja y tosca, como un tigre susurrando su último aliento, no había nada que pudieras decir de este sujeto, de hecho, nada que quisieras decir. Sus ojos reflejaban muerte. Su voz era la de un asesino, acostumbrado más a cuchichear que hablar. Pero su contextura denotaba que hacía ya tiempo había dejado las conspiraciones. Aun así sentado en un grupo de hombres totalmente armados y la mayoría de ellos con armaduras pesadas, el hecho de que no tuviera ni un arma a la vista y estuviera tan tranquilo con nada más que una camisa sobre su pecho dejaba claro que había todavía algo en él que nadie quería saber. INARI-Limítate a votar Kimen! KIMEN-De acuerdo Padre! Por supuesto que si, mataría a… TODOS-Mi madre, mis hermanos y al mismísimo Rey por la mitad de ese dinero…- Interrumpieron sus cuatro compañeros al unísono. Hubo una breve pausa, algunas caras sonrieron, recordando. TRUCK-No. No me huele bien nada de esto.- Dijo el goliath, y miro sobre su hombro al elfo. GACYEL-Demasiadas complicaciones. Mucho dinero. Difícil decisión. Pero voy a estar con Truck en esta. No deberíamos hacerlo. Parece que tienes el voto decisivo Ken. El humano se paró lentamente, lo más rápido que su pesada armadura le permitía. En su funda dos espadas largas colgaban al par de varias dagas. En su espalda un espadón, un escudo mediano, un arco largo y dos carcajes coronaban el completo armamento por el que siempre era notado. Escudos de Natria impresos en la armadura y un roído casco con forma de cabeza de serpiente delataban el pasado militar de Ken, acusándolo de haber dejado su juramento por algún motivo, y condenándolo a simple vista como un desertor, al que se le entrego nada más que lo que llevaba a la hora de ser expulsado de algún alto puesto militar. KEN-Vamos entonces, rápido a hablar con este tal Puij que se nos va la luz del día. Los dos humanos restantes asintieron y mientras que los otros se levantaron pesadamente y en poco tiempo pagaron la cuenta y comenzaron a descender por la calle que llevaba a la tienda de Puij, un gnomo conocido en la ciudad por su tienda de armamento y antigüedades. Nadie habló en el corto recorrido. A nadie le gusta la democracia cuando se pierde, y se tenían el suficiente respeto como para no echarles en la cara a sus compañeros el imponerles esta decisión. La tienda estaba abierto y varias personas dentro estaban curioseando y otras pocas comprando flechas, aceite y arcos. El gnomo, de mediana edad, se levantó de su silla y procuro atender rápido a los presentes, a algunos de forma descortés, de forma de vaciar rápido el local. Manteniéndose en silencia los cinco extraños esperaron inquietos que esto sucediera. Finalmente, quedaron solos con el gnomo. PUIJ-Bienvenidos amigos, disculpen la demora. Vienen por el encargo verdad- Decía mientras miraba al elfo, este asintió- Perfecto, entonces acérquense un segundo al mostrador- decía con una tranquilidad que los sujetos consideraban inadecuada a la hora de hablar de un trabajo, seguramente, ilegal. Lentamente los cinco se apoyaron en la mesada de piedra que hacía de mostrador, curiosos, de saber bien que era aquello de lo que tanto había discutido. Directamente de debajo de ellos Puij sacó un pequeño cubo de metal negro. No era más grande que una manzana, pero poseía algunos extraños símbolos en sus lados y era un cubo demasiado perfecto para ser hecho por un herrero común, de hecho demasiado perfecto para ser hecho por la mano más hábil que hubieran conocido. PUIJ-Esto mis amigos es un cubo de la suerte. Fue hecho por mi abuelo hace muchos siglos, y me gustaría que mi hijo lo tuviera. Yo lamentablemente no puedo descuidar la tienda el tiempo necesario para dárselo. Así que me gustaría que lo recibiera en perfecto estado. Como sabrán mi hijo vive en el poblado vecino, está a solo cuatro días de viaje en caballo así que debería ser una tarea fácil. TRUCK-Disculpe estimado- Interrumpió al gnomo con un tono que denotaba un claro sarcasmo- ¿Pero no esperará que nos creamos semejante patraña o sí? PUIJ-Lamentablemente este encargo es para aquellos que la crean, estimado- Dijo con tono muy cortante el gnomo, quien a diferencia del resto de la gente no se veía intimidado por el tamaño de Truck. KIMEN-Pero si se nota en sus ojos que es sincero! No se preocupe, yo valoro increíblemente las tradiciones familiares y puede estar seguro que su paquete será llevamos con el cuidado y el amor que se merece. El gnomo se rió fuertemente. PUIJ-Tu si eres mi tipo favorito de persona Kimen, por eso te ofrecí este trabajo. Muy bien entonces. Mi hijo se llama Serfa, y trabaja en la herrería que se encuentra cerca del templo a Nerull. Aquí tienen las cien monedas de oro y el cubo de la suerte. Por favor asegúrense de que llegue a destino antes de que finalice la semana. Adiós entonces. El gnomo dejo en claro que la conversación y la estadía de los invitados habían terminado. Los tres humanos y el goliath saludaron al gnomo y luego salieron. El elfo entonces y luego de que los otros se encontraban afuera. Hizo un gesto con la mano y salió a encontrarse con los demás. Apenas comenzaron a caminar hacia los establos Kimen sin reparo comentó. KIMEN-Ja! Pequeño idiota, nos dio el dinero por adelantado, y encima tenemos el paquete. Compremos unos buenos caballos y le perdamos el rastro a este pueblo mugroso. KEN-Crees que alguien que paga cien monedas de oro por llevar un cochino cuadrado de metal no puede pagar mil a alguien para que lo recupere, matándonos en el proceso, votarmos por hacer el trabajo y vamos a hacerlo, no quiero más enemigos, principalmente tan cerca de la Capital. KIMEN-De acuerdo de acuerdo. Solo bromeaba. Perdieron una hora para llegar hasta los establos y conseguir cinco buenos caballos. El elfo pudo hábilmente conseguir un descuento en los precios simulando que era un criador de caballos de Nifris. Mentir para él era la forma más pura de expresarse. “La verdad siempre es complicada y muy pocas veces cierta” afirmaba cada vez que podía. Hacía tiempo ya que creía sus propias mentiras, era más fácil que creer sus verdades. Comenzaron entonces el galope hacia la ciudad vecina. Pasaron por la puerta de la ciudad ya entrada la tarde. El camino era tranquilo, bien custodiado por la milicia, así que no había muchas oportunidades de encontrarse con bandidos. INARI-Hay que admitir que para mentir eres bueno, elfo!- Elogiaba- Aunque no te encuentro mucha utilidad más allá de esa!- Decía mientras reía. GACYEL-Creo que tus palabras exactas la última vez fueron “Menos mal que notaste esa trampa si no hubiéramos quedado encerrados hasta que Pelor nos viniese a recoger”, y creo que notaba un poco de miedo en tu voz! INARI-Sí, claro, miedo de tener que confiar en un elfo para que me diga donde debo pisar! Cabalgaron el resto del día. Riéndose de viejas aventuras. Contando algunas viejas anécdotas ya conocidas por todos y olvidándose de la entrega por un buen rato. Todos se sentían animados de salir al camino una vez más. El aire golpeando la cara, el sonido de las armaduras al galope, la vieja visión del mundo a través de las hendiduras del yelmo, cada mínimo estimulo desencadenaba una ola de recuerdos, algunos buenos, otros no. Viejas glorias, viejos amores, una vida anterior que, en parte, habían compartido juntos. Ya nadie los recordaba, solo ellos y un puñado de pobres diablos conocían las cosas que habían logrado, su servicio al imperio y sus grandes sacrificios. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que ninguno se había arriesgado con algún trabajo así, sus épocas de gloria yacían ya en un cementerio de lunas y soles. Pero este día, con los tres soles brillando arduamente en el cielo, este caluroso dia de nuif, cabalgaban, juntos, otra vez. Hacia lo desconocido, hacia la nada, hasta lo incierto. La moral estaba alta y el galope se convirtió en carrera. Al ponerse el sol y retirarse gran parte de la guardia los caminos ya no eran lo suficientemente seguros como para continuar y decidieron acampar a un costado del mismo. Apenas adentrándose en el bosque. Todos armaron sus tiendas, los humanos se encargaron de conseguir algunos conejos y conseguir leña mientras el elfo colocaba algunas trampas caza bobos alrededor del campamento. No eran tiempos seguros en Natria, ni siquiera cerca de la capital, ellos más que nadie lo sabían muy bien. Truck por su parte se aseguró que nadie los siguiera y oculto mínimamente el campamento, cubriendo las carpas de forma ridícula con ramas y hojas. Al regresar de la cacería Kimen no pudo evitar mofarse del pobre trabajo de ocultación que Truck había hecho. Insistió en eso durante un tiempo, Mientras preparaba los conejos. Él sabía lo que hacía. Apilar y apilar leña junto al fuego. KEN-Bueno idiota! Si no te gusta ve y quítalo, ya deja de molestar con eso que hasta a mí me estas cansando! Trcuk levanto hizo un gesto de que nadie se levantara. Se incorporó y se dirigió tranquilamente hacia la carpa del burlista. Al llegar se paró al lado de la misma e hizo una pequeña reverencia y comenzó a retirar las ramas de la carpa de Kimen bruscamente, rasgando la tela en el proceso. Kimen se paró de un salto y corrió para intentar, sin éxito, retirar al goliath de su posición. -Maldita bestia, mi carpa! Era una broma solamente. Mira como ha quedado mi carpa. Que haré ahora si llueve? -Mojarte- Cortó el goliath y esbozo una sonrisa. Todos comenzaron a reir fuertemente. El goliath palmeó en la espalda a Kimen, tal vez con demasiada fuerza. Este perdió el aire por un momento. Luego saco de su camisa una daga y corrió hacia el goliath. Se colgó de su cuello y lo apuñalo en el pecho. Este, con la daga clavada a escasos centímetros de su corazón tomó al agresor de los brazos y lo lanzó por los aires. Parecio volar por escasos metros y termino dando con su espalda en un árbol. Callendo luego al suelo. El goliath retiro la daga de su pecho y la lanzo en el mismo vuelo que había recorrido su anterior peso, esta, se clavó en el árbol un poco arriba del abdomen de Kimen . Quien la tomó y empuño otra daga que se encontraba escondida en sus pantalones. Hubo un momento de silencio. Todos comenzaron a reir nuevamente. Inari se apresuró a curar las heridas de sus compañeros. Después de un apretón de manos, todos se sentaron a comer. Luego de más o menos una hora ya todos se encontraban comiendo, el goliath desde que había salido de la taberna y hasta ese momento se había reservado sus opiniones. La cena transcurrió cómodamente, hubo un mínimo intercambio de palabras y decidieron dormir temprano y así poder salir incluso antes que el sol. El silencio se rompió en el turno de guardia del goliath. Solo Kimen pudo oírlo. -Es un trabajo sucio…
Hrathen
Mensajes : 84 Fecha de inscripción : 02/10/2011
Tema: Re: Esquina Creativa Miér Oct 26, 2011 9:13 am
Me gustó mucho tu cuento, Amarena. Tiene la ambición justa, y una ambientación genial. Me da curiosidad cómo hubiese seguido la historia.
Criticame la peli que me gusta es un blog de cine que teníamos con Charlie. Digo teníamos porque lo tenemos recontra-abandonado y no es probable que lo retomemos. Las críticas tienen un estilo desenfadado pero puntuamos con la máxima objetividad.
=(XIMAY)=
Mensajes : 242 Fecha de inscripción : 13/09/2011 Edad : 37 Localización : Córdoba - Córdoba - Argentina
Tema: Re: Esquina Creativa Vie Nov 04, 2011 10:00 pm
Yo aporto mi vídeo introductorio a la partida final de la campaña Militares en Acción de d20 Moderno.
(Aquí voy a añadir la historia cuando tenga ganas )
Layna Blackmoony
Mensajes : 81 Fecha de inscripción : 24/10/2011 Edad : 35 Localización : Cordoba
Tema: Re: Esquina Creativa Sáb Nov 12, 2011 1:10 pm
ufff hace años que hice estos dibujos......., Momentos de inspiracion.......los comparto con ustedes. (2006-2008)